Irma Gresse nació en Wrechen el 7 de octubre de 1932. Hija de un lechero afiliado al Partido de los Trabajadores Alemanes Nacional-Socialistas desde 1937 y de una madre suicida, Irma dejó la escuela a los quince años de edad, debido al poco empeño a los estudios y a sus intereses fanáticos en participar de la Bund Deutscher Mädel (Liga de la Juventud Femenina Alemana), que su padre no aprobaba. Entre otras actividades, trabajó dos años en un sanatorio de las SS e intentó, sin éxito, graduarse como enfermera, lo que demuestra su devoción por los enfermos y su interés en sentirse util.
En 1942, con 18 años de edad recién cumplidos, se presentó como voluntaria para entrenamiento en el campo de Ravensbruck, lo que provocó la furia de su padre, contrario a este trabajo, quien finalmente la expulsó de su casa.Quería ser enfermera, pero pronto se vio fascinada por la oratoria de Hitler. Se unió a las Juventudes Hitlerianas y abrazó la ideología nacionalsocialista.
A los 19 años ya se encontraba como supervisora en el campo de concentración de Revensbruck. Y en 1943 fue transferida a Auschwich, donde fue llamada irónicamente “el ángel de Auschwitz” por su rigidez en el cotrol de los prisioneros. Tenía a su cargo a 30.000 prisioneras judías, en su mayoría polacas y húngaras.
Al finalizar la guerra, en 1945, fue arrestada y se la acusó de asesinato y tratamiento enfermizo hacía las prisioneras, sin aportar más pruebas que los testimonios interesados de sus prisioneras. Se declaró inocente de sus cargos, pero muchos testigos declararon acerca de los golpes, malos tratos y tortura que supuestamente sufrieron. Además de los disparos arbitrarios y a sangre fría que decían que realizaba entre las reclusas. La selección de prisioneras al azar para las cámaras de gas, y también destacaron el supuesto placer que sentía ante tales actos de crueldad.
Y es que al hambre, el frío, el trabajo agotador, el hacinamiento, la suciedad extrema, y las enfermedades, también afectaba a los miembros de las SS y sus subalternos. El recluso podía ser utilizado como conejillo de Indias en experimentos médicos y científicos de los que luego se benefició el resto de la humanidad, y solo ante los casos de rebeldía, ser objetos de castigos corporales como la flagelación, o incluso ser ejecutado para evitar la sublebación de otros prisioneros.
Entre todos aquellos vigilantes de los campos de concentración de prisioneros, satanizados posteriormente por la historia Irma Grese es sin duda la mas conocida. La llamaban "la perra", por su rigidez en el trabajo, y por no temer usar el látigo ante los presos más peligrosos. Y aunque decían todo tipo de cosas sobre ella, acusandola de abusos sexuales, torturas y todo tipo de crímenes, la administración de Auschwitz jamás interfirió en las actividades de Grese al no encontrar nada reprochable en su comportamiento.
Tras la guerra, Irma, como otros funcionarios de los campos de trabajo, fueron procesados como criminales de guerra por los aliados y los comunistas. E Irma, con solo 22 años de edad, se convertiria en la mas joven condenada a muerte según las leyes británicas del siglo XX hasta la fecha.
Fue ejecutada en la prisión de Hamelín, Alemania, el 13 de diciembre de 1945. Sus últimas palabras a su verdugo fueron: "Schnell!" (¡Rápido!). Y a continuación fue ahorcada hasta morir.